silent

Los que nos ponemos delante de un auditorio de alumnos sabemos lo incómodo que resultan esos momentos que transcurren desde que traspasamos el umbral de la clase hasta que cesan los murmullos y reina el silencio para poder iniciar la clase. Esos, o aquellos ruidos provocados por los parlanchines contertulios que se parapetan en las filas del fondo.

Más allá de las miradas inquisitorias, el calculado paseo o los chisteos o llamadas a que cesen las conversaciones, a menudo nos gustaría contar con un interruptor que, al activarlo,  acallara de pronto todas las voces molestas.

Parece que ese comportamiento es habitual en todo el mundo, como también lo es la fea costumbre de no dejarte terminar una frase en una conversación. Siempre existe alguien que se siente en la obligación de cortarte el discurso para matizar o aportar información nada pertinente. Y como los japoneses son unos maestros en lo expeditivo han dado con una solución… polémica, pero solución al fin y al cabo: una maquinita que hace que una persona deje de hablar en cuestión de segundos.  Seguir leyendo