Tutankamon.

Los aficionados al Egipto Antiguo tenemos una cierta propensión por dejar volar la imaginación y añadir elementos mitómanos a las figuras de los faraones. Y dentro de ellos, Tutankamón es de los preferidos. Y no solo porque descubrir su tumba sin profanar ha aportado una multitud de datos para la investigación arqueológica. El halo de misterio que rodea su vida y la muerte del joven faraón es motivo para dejar volar la imaginación.

Para los que todavía preferimos la lectura a la imagen, estos elementos son más que suficientes para que nos fabriquemos una imagen de cómo hubiera sido el faraón. Pero, claro, se nos olvida que vivimos en plena euforia del CNI… lo que sea, y van unos listos y nos dicen que cualquier parecido que hayamos imaginado con la realidad es pura filfa.  Seguir leyendo