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Bacterias maestras del disfraz

bacteria 

El arte de disfrazarse para pasar desapercibidos no solo es una cualidad de los camaleones y de émulos de Mortadelo. La simulación está presente en la naturaleza y la practican numerosas especies. Lo que no se había comprobado hasta ahora es que también es patrimonio de las bacterias.

Y con ellas las cosas se complican, ya que al disfrazarse de virus lo que consiguen es burlar el sistema inmunitario. Así evitan que este las extermine y se alojan cómodamente en las células para perseverar en sus criminales intenciones. El descubrimiento es muy relevante, sobre todo si tenemos en cuenta que el bacilo de Koch, causante de la tuberculosis, es una de las bacterias que podrían utilizar esta táctica.

El asunto es que al hacerse pasar por un virus, el sistema inmune, engañado, comienza a trabajar utilizando otro tipo de armas para eliminar la invasión… en este caso liberando una proteína que está específicamente diseñada para combatir virus: la interferón beta, que utiliza la vitamina D para prevenir y erradicar el ataque.  Seguir leyendo

Infecciones transmitidas en el avión

En aviones viajaron los primeros casos de SARS (síndrome respiratorio agudo grave) que atemorizó al mundo en 2003; en avión se propagó la gripe pandémica de 2009; y a diario se mueven rápidamente en aviones por el mundo pacientes con tuberculosis activa, por poner algunos ejemplos.

El avión, sin embargo, suele ser un medio de transporte bastante seguro en términos de riesgo biológico, porque en ellos el aire pasa a través de filtros HEPA, capaces de eliminar bacterias, hongos y muchos virus, además de existir una eficiente compartimentación que aísla las secciones e impide que, en realidad, más allá de la fila de pasajeros en la que estemos, se propaguen la mayoría de agentes infecciosos.

Pero sí, al final el individuo llega al aeropuerto, masificado, y a un nuevo destino y, efectivamente, las enfermedades infecciosas, en particular las que se transmiten por la tos (por gotas de secreciones respiratorias), no tendrán freno a su expansión por el mundo, dado el nivel de comunicación actual por avión.  Seguir leyendo

El desarrollo de nuevas vacunas

La lucha contra las enfermedades infecciosas comenzó probablemente en la antigua Grecia, y posteriormente en Roma, civilizaciones que mantuvieron siempre preocupación por el aporte de agua potable, la canalización y eliminación de aguas residuales y la oferta de baños públicos para los ciudadanos. Es decir, desde hace 2.500 años, la higiene es el principal aliado en esta lucha.

Aun hoy, la insuficiente extensión de la higiene y el saneamiento ambiental es la causa subyacente a la violenta epidemia de cólera de Haití, por poner un ejemplo.

En segundo lugar está la nutrición, necesaria para elevar las defensas del individuo contra los agentes infecciosos. Son innumerables las infecciones que sufrimos en la vida y una adecuada nutrición conlleva siempre un mejor pronóstico.

Por último están los antibióticos y las vacunas. De los primeros hay que decir que se inspiran en el principio clásico contraria contraris curantur (lo contrario cura a lo contrario), por lo tanto, pretenden eliminar o inhibir a los virus y bacterias u hongos causantes de la enfermedad infecciosa. Aunque han salvado cientos de miles de vidas, no han conseguido erradicar ninguna enfermedad.

Por el contrario, las vacunas, inspiradas en el principio similia similibus curantur (lo semejante cura a lo semejante), simulan una enfermedad inaparente en nuestro organismo, estimulando a la inmunidad humoral (generando anticuerpos producidos por los linfocitos B), a la inmunidad celular (produciendo citoquinas a partir de los linfocitos T) o a ambas, proporcionando a veces memoria inmunológica.

Las vacunas, efectivamente, han conseguido erradicar una enfermedad (la viruela) y podrían hacerlo con otras como la poliomielitis o el sarampión.  Seguir leyendo

La tuberculosis y los elefantes

Un reciente artículo de la revista Emerging Infectious Diseases refiere el curioso caso de elefantes enfermos de tuberculosis que contagiaron a los cuidadores y trabajadores que entraron en contacto con ellos.

Por otra parte, la forma más común de contagio de la tuberculosis en la Antigüedad probablemente era el consumo de leche contaminada de vacas tuberculosas, problema hoy ya totalmente eliminado de nuestro entorno. En el estudio sobre los elefantes, la infección se propago por vía respiratoria. También pueden sufrir tuberculosis los perros y así se ha demostrado.

En realidad, todo este preámbulo es para llamar la atención sobre el verdadero problema: la tuberculosis humana (TBC), transmitida de persona a persona. Se calcula que en el mundo hay más de 2000 millones de personas infectadas por la bacteria causante de la TBC.

Estar infectado no implica desarrollar la enfermedad, pero es condición indispensable. Esto es, primero te infectas y luego enfermas, o no. Para que un infectado enferme, generalmente se deben dar algunas circunstancias más, en particular desnutrición, alcoholismo, infección por el VIH o malas condiciones de vida (pobreza), aunque en ocasiones el sujeto que enferma carecía de todos esos factores.  Seguir leyendo

Toma mi mano

Foto de grietgriet

En palabras del famoso divulgador Lewis Thomas, la habilidad más antigua del oficio de médico fue tocar al paciente, entrar en contacto físico con él, poner sus manos sobre el paciente para reconocerlo, explorarlo y también en cierto modo sanarlo. Esta acción tiene poder terapéutico de un modo mucho más complejo que el mero efecto placebo.

Es una habilidad común a los chamanes, curanderos y religiosos de todo el mundo, que no sólo puede curar (en parte) sino que también puede mejorar al sanador. La Madre Teresa acogía la mano de su interlocutor de un modo muy especial, en un intento de transmitir y recibir algo intensamente humano, que algunos calificarían de energía… Incluso Michael Jackson, después de su muerte, sigue conmoviendo con una canción titulada Hold My Hand…  Seguir leyendo