El arte de disfrazarse para pasar desapercibidos no solo es una cualidad de los camaleones y de émulos de Mortadelo. La simulación está presente en la naturaleza y la practican numerosas especies. Lo que no se había comprobado hasta ahora es que también es patrimonio de las bacterias.
Y con ellas las cosas se complican, ya que al disfrazarse de virus lo que consiguen es burlar el sistema inmunitario. Así evitan que este las extermine y se alojan cómodamente en las células para perseverar en sus criminales intenciones. El descubrimiento es muy relevante, sobre todo si tenemos en cuenta que el bacilo de Koch, causante de la tuberculosis, es una de las bacterias que podrían utilizar esta táctica.
El asunto es que al hacerse pasar por un virus, el sistema inmune, engañado, comienza a trabajar utilizando otro tipo de armas para eliminar la invasión… en este caso liberando una proteína que está específicamente diseñada para combatir virus: la interferón beta, que utiliza la vitamina D para prevenir y erradicar el ataque. Seguir leyendo